¿Quién eres? Es una pregunta tan simple
como inesperada y apenas la escuchamos sonreímos y pensamos "es pan
comido". Aún así, tras nuestra reacción inicial, solemos dar
paso a la perplejidad porque ¿cómo decirle a otro quien soy cuando le
tengo miedo a la respuesta? En medio de la turbación, tratamos de
concentrarnos sin mucho éxito e invariablemente: balbuceamos, nos quedamos en
blanco, pedimos tiempo para contestar más adelante, o cambiamos de tema.
sábado, 19 de noviembre de 2011
viernes, 18 de noviembre de 2011
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Nuestras imprescindibles I´s.
Cuando niña solía escuchar que una mujer
no debe salir a la calle sin sus aretes. Supongo que la expresión fue
desapareciendo en la medida en que algunos hombres de este lado del mundo se
decidieron a usarlos. Hasta entonces, para muchos (demasiados a mi parecer),
los aretes fueron la prueba última de la feminidad porque ante la duda que
pudieran dejar nuestro estilo personal y/o forma de vestir, le confirmaban a
todos alrededor que indefectiblemente éramos mujeres.
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