“No avanza mucho quien conduce con la vista en el
retrovisor y la mano en el freno de emergencia”. Saguaro
Somos vulnerables y si algo nos garantiza esa condición
es que en el transcurso de nuestras vidas enfrentamos situaciones que sacuden
nuestros mundos. Algunas solo nos tambalean, pero otras nos hacen caer. La
magnitud del daño es un argumento en principio válido para no levantarnos de
inmediato, pero prolongarlo indefinidamente es no sólo cómodo, sino peligroso.