“…escapa
por tu vida. No mires atrás ni te detengas en toda la llanura. Escapa al monte,
no sea que perezcas”. Génesis 19:17
El temor y la rutina son
materiales idóneos para cárceles invisibles. Se asemejan a la resistencia de
barrotes y ladrillos y su sigilo las hace perfectas en su cometido. Discreta y
muy eficientemente cercan a rehenes que suelen darse cuenta de su situación
cuando los muros están bien altos.