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domingo, 26 de agosto de 2012

Hablemos de dinero

Mujer-y-dinero
“La independencia económica es la madre de todas las independencias”. Huchy Lora
Hace unos años vi en un show muy popular a una deprimida mujer dando testimonio de cómo, luego de haber nacido y crecido en la opulencia, fue pasada de repente a la fila de los pobres. Había sido la niña consentida de una familia muy acaudalada, acostumbrada a los extravagantes mimos de un padre que, por ejemplo, durante un paseo le compró ‘otro coche a la nena porque hace juego con su blusa’.


‘La nena’, ni siquiera por su condición de hija única y heredera universal de una gran fortuna se interesó alguna vez en los aspectos más elementales del dinero. Se casó y muerto el padre, su amadísimo esposo (ahora ex) se ocupó gustoso de aquello que tanta pereza le daba…

Honestamente, el relato de la ‘pobrecita nena’ no me lo tragué. De seguro que tratándose de un show, todo haya sido un montaje. Pero el cuento me sirvió para reflexionar sobre una habitual y muy nociva actitud presente en la mayoría de las mujeres: el desconocimiento casi total de la forma en que funciona el dinero. Esta es una realidad común tanto para muy ricas, como para muchas que viven en las condiciones más precarias.

Si sostenemos que el poder personal toca todos los aspectos relativos al control de nuestras vidas, entonces es imposible excluir al dinero de la ecuación. La forma en que nos relacionamos con el mismo es un claro reflejo de nuestro estado interior.

Quitémonos de la cabeza la idea tonta de que el dinero es un asunto exclusivo de bancos y ricos o de que es sucio y destructivo. Como todo en la vida: depende de las manos en que se encuentre.  ¡Hay que saber cómo funciona! No solamente como se gana y se gasta.  Sepamos que los bancos no nos lo guarda porque nos quieran mucho y les preocupa que lo perdamos, sino porque multiplican el suyo con el nuestro (y de qué manera). Y ojo porque lo poco que nos dan por el servicio se pierde muy fácilmente en la telaraña bancaria.

No importa nuestra edad o situación, es prioritario que nos interesemos en nuestras finanzas y velemos por su salud. Conviene conocer como funciona y nos afecta la jerga financiera, aunque nos resulte aburrido y tedioso. 
Ahorros, intereses, hipotecas, préstamos, inversiones, tarjetas de crédito, cargos por servicio, extra crédito, seguros, pensiones, testamentos y herencias son palabras que debemos entender. Es eso o confiar ciegamente en la buena fe y el buen juicio de otros (igual que la nena). Tampoco nos viene mal considerar ir más allá e interesarnos en: inversiones, bonos, bolsa de valores, etc.
No importa si tenemos deudas y compromisos, o si ayer tomamos malas decisiones con el dinero. Hay que empezar y hay que hacerlo desde donde estamos sin culpa ni vergüenza*. Manos a la obra.

"La verdadera transformación sucede cuando una mujer elige valorarse a sí misma por encima de las cosas que puede comprar.  …Hoy, en todo el mundo las mujeres vivimos mucho más que los hombres. Si no empezamos a relacionarnos sanamente con el dinero, envejeceremos y moriremos pobres". Suze Orman

*Frase de batalla de Suze Orman, autora del libro “Las mujeres y el dinero” que explica en lenguaje sencillo nuestra relación con el dinero y cómo podemos sanarla cuando la misma lo requiere.

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