“La camada muerta está integrada por ideas, tareas y
exigencias que no dan resultado, carecen de vida y no nos aportan nada”. CPE
Lo que divierte de
ver a un perro persiguiéndose la cola es el hecho de saber que sin importar cuánto
esfuerzo y velocidad le ponga al asunto, nunca podrá alcanzarse. El pobre animal
no lo sabe y por eso corre, corre y corre en círculos. Se detiene cuando se
cansa y al rato se le olvida, así que empieza de nuevo.
Dar vueltas en círculos no hace daño a los
perros ni a ningún otro animal. Ellos no se lastiman con su falta de lógica,
pero cuando se trata de humanos la cosa es diferente. Insistiendo en lo
que no funciona, no practicamos la perseverancia, sino la necedad y en ello no
hay mérito ni ganancia. Con tal comportamiento lo que obtenemos es el
desgaste en cuerpo y alma y por lo regular pasa un buen tiempo antes de que nos
demos cuenta.
Un espíritu agotado grita
silenciosamente detrás de gestos de irritación y reactividad excesiva, y si
estamos muy desconectadas no vemos la relación entre nuestra insatisfacción
interna y la forma negativa en que respondemos al entorno.
Cuidemos nuestra
energía porque ella es un recurso valioso que nos conviene bien administrar.
Esto no significa que nos volvamos frías y calculadoras, sino que seamos lo
suficientemente sensibles e inteligentes como para usarla provechosamente.
“En este mundo hay muy pocas cosas acertadas/equivocadas
o buenas/malas, pero sí hay cosas útiles y cosas inútiles. Asimismo, hay cosas
que a veces son destructivas y también hay cosas creativas. Hay acciones
debidamente integradas y dirigidas a un fin determinado y otras que no lo están”.
CPE
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