Páginas

domingo, 22 de julio de 2012

Cuando es la hora es la hora

Es-tiempo
“No existe ningún momento limpio y ordenado para nadie”. CPE

Es natural y sensato protegernos cuando atravesamos eventos contundentes. Para minimizar los daños, instintivamente reducimos nuestros movimientos y así permanecemos a la espera de que el ambiente se torne menos hostil. Tal actitud es saludable, siempre y cuando no la prolonguemos indefinidamente, no sea que lleguemos a petrificarnos.

Sucede que a veces, esperando el momento perfecto perdemos la oportunidad, ese instante en el cual nuestra actuación nos puede resultar de mayor provecho y que a veces dejamos pasar por temor a no poder resistir lo que venga. Entonces, por si acaso, asumimos una actitud de fingido control y soporte, y nos limitamos a esperar la correcta alineación de los astros. En realidad es que aún teniendo la suerte de que se pongan, no tendremos garantías.

Cuando indefinidamente evadimos o postergamos el enfrentamiento de las situaciones difíciles, nuestra energía fluctúa entre el temor y la frustración. Prolongamos el sufrimiento sin que ello signifique que al final las cosas se compongan o al menos mejoren.

No intento una alegoría a la irresponsabilidad, pero si una invitación al coraje. La vida, no importa cuánto cuidado tengamos, ni que tan bien nos comportemos, es y siempre será imprevisible.

El miedo y el valor coexisten en cada una de nosotras. La cuestión es decidir por cuál de los dos decantarnos cuando nos encontremos frente a un reto. Yo confío en que si apelamos a nuestro interior, encontraremos lo necesario para capear el temporal.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¿Qué opinas de este artículo?