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domingo, 29 de julio de 2012

Aprovecha tu rabia

Rabia
“Tenemos que utilizar la cólera como fuerza creativa; tenemos que utilizarla para cambiar, desarrollar y proteger”. CPE

La expresión pública de la rabia es uno de los actos que más evitamos, pues la misma suele estar caracterizada por la vehemencia y la indiscreción. Cuando damos rienda suelta a nuestro enojo es inevitable la molesta expectación de los que se encuentran en el entorno. Sin  embargo, nuestra vida no sería mejor si no nos enojáramos. 

Como las demás emociones primarias (alegría, tristeza, dolor y miedo), la rabia cumple una importante función biológica que hace posible nuestra supervivencia. Ella nos permite sacar del cuerpo la ola de energía que desencadenan esas cosas que nos calientan la sangre. ‘Hervir de rabia’ es lo más parecido a convertirse en una olla de presión; si el vapor no encuentra por donde salir, la olla explota.

Pero no queremos ‘vernos mal’ y en un intento de eludir el coste social, reprimimos la cólera o la colamos en nuestras interacciones con expresiones de frialdad y sarcasmo. Todo en defensa de una apariencia de bondad y corrección que eventualmente nos salda la factura con un espíritu exhausto y lastimado.

Más que aprender a vivir sin furia, debemos aprender a expresarla de una forma benéfica para nosotras. Si en vez de ahogarla le buscamos una salida productiva e intentamos entenderla (averiguar que la provocó), podemos convertirla en una puerta al aprendizaje y a la transformación.

Como los materiales radioactivos, la cólera requiere un manejo cuidadoso y paciente, pero también necesario porque si la ignoramos se comprime en nuestro interior a riesgo de estallar en el momento y con las personas menos indicadas.

Para aprender lo que nuestra rabia nos quiere enseñar necesitamos sinceridad y disposición. Así nos habilitamos para un desempeño más asertivo en el futuro. Eso también es poder.

“En lugar de intentar ‘portarnos bien’ y no sentir cólera o, en lugar de utilizarla para quemar todas las cosas vivas a cien kilómetros a la redonda, es mejor pedirle primero que se siente con nosotras a tomar un té y charlar un rato para que, de esta manera, podamos descubrir cuál fue su origen… La mujer que ha conseguido llegar a un entendimiento con su cólera regresa a la vida del mundo exterior con una nueva sabiduría, una nueva sensación de poder vivir su existencia con más habilidad”. CPE 

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