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domingo, 1 de julio de 2012

¿Eureka?



La-trampa
No es oro todo lo que reluce, ni todo lo que anda errante está perdido”. J. R. R. Tolkien
  
Nada más difícil de ocultar que la alegría de obtener algo que deseamos. Tan estupendo es y tan bien se siente, que no nos damos por nadie y tomamos la actitud de pasar de cualquier cosa que pueda amenazar ese maravilloso tesoro. Nos rendimos fácilmente al influjo de tan estupendas emociones y con el optimismo a flor de piel, nos lanzamos. 

No obstante y sin necesidad de despreciar las experiencias deliciosas que nos trae la vida, siempre es bueno prestar atención, máxime cuando no tenemos clara la naturaleza de aquello que cautiva nuestro interés.

Sin renunciar el éxtasis de la felicidad, podemos (y debemos) mantenernos conectadas a nuestro instinto e intuición porque son ellos los que nos indican tanto las acciones a tomar como los momentos adecuados. Disfrute y prudencia pueden bailar en pareja.

 “El deseo de tenerlo todo más fácil no es una trampa; es algo a lo que el ego aspira naturalmente. Ah, ¡pero a qué precio!”. CPE

"Ya bailaré, plantaré, abrazaré, buscaré, planificaré, aprenderé, haré las paces, limpiaré... más tarde. Todo eso son trampas. …El hecho de no huir cuando ello es absolutamente necesario provoca depresión. Otra trampa”. CPE
“Como los lobeznos, nosotras nos aprendemos de memoria las trampas, cómo están hechas y cómo están colocadas. De esta manera conservamos la libertad”. CPE 

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