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domingo, 22 de enero de 2012

¿Débiles y frágiles?

Fuerza-de-mujer

¿En serio? Es lo que me pregunto siempre que escucho a alguien hacer alusión a la debilidad y/o fragilidad femenina. También me río para mis adentros al pensar que esas etiquetas, tanto nos han servido (para salirnos con la nuestra), como nos han perjudicado (cuando por ellas se nos tilda y se nos trata como incapaces).  Débiles y frágiles… De eso nada.

¿Cómo puede ser débil alguien a quien Dios otorgó la capacidad de albergar vida, que se alimenta de su propia vida, por más de 250 días?

¿Cómo puede ser frágil la que, de ser preciso, saca una familia adelante, pese al abandono y/o al divorcio, la viudez, el abuso y otros tantos etcs?

Indiscutiblemente, si algo somos es sensibles y nuestra sensibilidad no nos hace deficientes, por el contrario nos capacita para responder a la más ligera excitación y al más pequeño de los estímulos, y aunque solemos expresarla más a menudo y con mayor facilidad que los hombres, en ellos también se manifiesta (a Dios las gracias).

En fin, que aunque nuestra fisionomía y contextura llamen a muchos a engaño, aún la más delicada de nosotras puede, como un saguaro, enfrentar y superar las más difíciles situaciones y de ellas salir fortalecidas. No hay que citar a ninguna en particular porque ejemplos tenemos por doquier.

"Un saguaro es un espléndido y hermoso cactus que vive en el desierto. A los saguaros se les puede llenar de orificios de balas, se les puede practicar incisiones, se les puede derribar y pisotear y ellos siguen viviendo, siguen almacenando el agua que da la vida, siguen creciendo salvajes y con el tiempo, se curan". CPE

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