La Consciencia es la parte de
nuestra sabiduría que percibe, ve y reconoce todas las cosas, todos
los aspectos nuestros y de los demás (lo bueno lo malo y lo que está en medio).
Unirnos a ella y conservarla a cualquier precio es nuestro derecho, un
gran reto y una misión personal; todo a la vez.
Nuestra inclinación natural a ser inconscientes nos lleva por la
vida dando palos a ciegas. A veces atinamos por puro azar, pero también
desacertamos un montón. Si queremos salir de este patrón lamentable, por
mucho que nos cueste -sufrimiento, esfuerzo y resistencia- debemos tomar
la decisión de conectarnos con nuestro yo salvaje (la mente más profunda).Desarrollamos consciencia cuando nos molestamos en ir más allá de lo que tenemos a plena vista u oído, cuando indagamos hasta descubrir la esencia de la cuestión y nos esforzamos en desarrollar fortaleza suficiente para resistir lo que averigüemos. No debemos temer, pues contamos con una naturaleza profunda, la cual nos suple todo el apoyo que necesitamos.
Ir más allá, de ninguna manera significa que nos obsesionemos o expongamos a situaciones dañinas. Significa poner atención con humildad y valentía suficiente para ver lo que "tengamos que ver" y oír lo que "tengamos que oír" y luego actuar de acuerdo con aquello que sabemos es "nuestra verdad".
"Si entonamos la canción de la consciencia hasta sentir la quemadura
de la verdad, arrojamos una llamarada de fuego a la oscuridad de la psique
(mente) y veremos lo que estamos haciendo, lo que estamos haciendo de verdad,
no lo que queremos creer que estamos haciendo. Así desenredamos nuestros
sentimientos y empezamos a comprender la razón por la cual el amor y la vida se
tienen que vivir a través de los huesos". CPE.
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